Hoy, mi amigo Luis Flavio vino a comer a mi casa y después de un par de chistes de mi papá y de hablar con mi empleada doméstica sobre sus preferencias políticas, nos subimos a ver un par de cosas en internet.
Nos servimos un té y discutimos un rato. Vimos un video sobre una tragedia en San Salvador Atenco ( que pasó mientras yo estaba tal vez muy pequeño para opinar sobre eso) aquí está, por si no lo han visto: http://www.youtube.com/watch?v=iD-2cWc7bfg
Me puse una playera con símbolos chinos que no entiendo y salimos, sin rumbo alguno a caminar por la ciudad y a platicar con un buen rato( Tal vez valga la pena mencionar que teníamos que vernos con un par de amigos, que nos dejaron plantados o los dejamos plantados, no entiendo bien).
La ciudad se transformaba ante nuestros pies, cambiando de caras, de sonidos, de paisaje y hasta de clase social de banqueta en banqueta.
Eso es lo que realmente necesitaba.
The core of mans' spirit comes from new experiences. - Cristopher McCandlessQuerétaro es mucho mas hermoso de lo que todos creemos. No todo se trata de monumentales catedrales decoradas con hoja de oro. No todo es fuentes y monumentos, no todo es edificios coloniales o prehispánicos. La verdadera hermosura de esta ciudad, de este país y de Latinoamérica está en la gente. En la niña pobre, con su playera rota de Dora la Exploradora, sucia y raspada de sus manitas... te dice adiós con una sonrisa que ilumina toda la calle. Está, también, en el señor bonachón y un poco gordo que se reclina en su silla de CocaCola y se ríe junto con su compadre de algún chiste que sólo los mecánicos entienden.
La perfección de Querétaro se siente con el sufrir de tus talones y de tus pies, golpeteando con los baches y el camión con sus emanaciones de CO2 por las nubes ( literalmente) que ahoga a la gente en la esquina y aún así amar a esta ciudad. Amar su calles, sus letreros, sus paredes, sus banquetas... pero sobre todo a su gente.
Esta es la realidad mexicana. Si, somos pobres y muchos somos corruptos y negligentes. Si, también somos un poco desordenados y el mexicano promedio no está acostumbrado a cuidar del medio ambiente ni del prójimo. Pero somos felices, pero sonreímos, pero nos queremos, nos amamos. Pero somos uno.
No consumo muchos productos locales, prácticamente nada de mis objetos favoritos está hecho en México. 50% de mis vacaciones no dejan dinero en el país. No es mentira decir que soy un tonto y de cierto modo, un traidor.
Pero también lloro al ver a una anciana indígena estirar la mano para pedir dinero ( y gasté una buena parte de mi limitado ingreso en donaciones). También siento impotencia y ganas de golpear un colchón cuando me doy cuenta la situación en la que vivimos. También quiero hacer algo... y como tú... quiero cambiar el mundo, mi mundo.
A veces me duele aceptar que no podré hacer mucho... que las probabilidades de que mis acciones cambien la vida de los humanos, o por lo menos de los mexicanos rozan el suelo.
A veces la vida no tiene mucho sentido, a veces parece como que explotar todo el mundo de una buena vez no sería tan mala idea. A veces, tanta sangre, tantas lágrimas y tanto sudor no significan nada y se funden con el planeta demostrándonos los estúpida e insignificante que es la raza humana y justo en ese momento... La niña con la playera de Dora me sonríe mientras me alejo.
Cada persona con la que he hablado de esto me repite lo mismo: Ya no hay nada que hacer, resígnate y vive tu vida. Con ser un ciudadano que hace el bien, es suficiente. Cierro los ojos, respiro un poco, calmo el asma y esa respuesta no parece tan mala. Pero después, en la noche... o volteando a ver al mundo... no es suficiente.
No me llena ser feliz yo sólo, no soy completamente feliz.
Aún no se como, y tal vez lo descubra cuando ya esté allí... pero quiero y necesito hacer algo, por el bien de mi cerebro.
No se si bastará con unirme a un movimiento que comparta mis creencias...y luchar e incluso morir para defender el movimiento. No se si bastará con ser un líder, no sé si bastará con influenciar a la gente... para que todos hagamos algo. No sé con que bastará y algo me dice... que nada bastará.
No me importa si mi novia quisiera vivir en Estados Unidos, no me importa si mi primo daría la vida por regresar a Brasil. Yo amo a México... muy en el fondo de mi superficial apariencia. Yo sonrío de regreso a esta gente. Yo amo a Querétaro y quisiera vivir aquí mis últimos años de vida. Es muy probable que necesita conocer el mundo, visitar los cinco continentes... y regresar a México.. hacer lo que sea necesario y morir aquí... en México, en Querétaro... tranquilo en mi cama, tal vez mirando a la ventana y viendo como una niña, esta vez mejor vestida y limpia, pero con la misma sonrisa perfecta y auténtica, me dice adiós.
Y yo cierro los ojos, lentamente. Y le digo adiós a Querétaro.